"Vender o que te compren"



Hoy estuve reunida con un colega para determinar qué estrategias de venta debía seguir para potenciar su negocio. 

Soy de la idea de que la decisión estratégica se basa en "el querer ser comprado" y al mismo tiempo en "querer vender".

 Siempre intento funcionar como la naturaleza, con el consumo mínimo de energía por lo que mi vida se basa en centrarme y focalizarme en acciones para "ser comprado", ya que me permite ser más genuina y esforzarme menos en convencer y planear.


No me interesa la venta tal y como es concebida hasta ahora, me interesa ser comprada porque mi forma de ser y mi trabajo inspiran, porque genero confianza, porque mi estilo gusta, porque en definitiva, mi actitud es amorosa y empática.

No quiero tener mil clientes en poco tiempo, sino poco clientes en mucho tiempo.
Ofrezco calidad, no la vendo.

Sé que mucha gente de la que me lee está empezando su negocio, otra lleva ya muchos años dentro del mundo corporativo con sinergías de trabajo muy determinadas, sin embargo, yo invito a reflexionar sobre esto que estoy contando.


¿Qué supone para ti el "que te compren"? ¿Te parece una pérdida de poder?
¿Te parece tener mucha confianza en quien eres y en lo que ofreces?

Qué me dices... ¿compras mi filosofía?

3 comentarios:

  1. Hola, Verónica:
    creo que el problema entre branding y marketing es que uno genera filosofía y el otro la aplica para obtener ganancias (que no tienen por qué ser únicamente económicas). Y digo problema porque, al fin y al cabo, la empresa no sólo depende de su identidad (y todo lo que ella conlleva), sino también de la competencia. La sinergia con el comportamiento del consumidor es buena, pero si no se llevan a cabo acciones para materializarla en resultados, ese mismo alineamiento silencioso puede llegar a consumirnos en nuestro empeño que no llega. Posiblemente nuestras fuerzas no se agoten, puede que nuestro ímpetu se mantenga firme... pero es muy probable que quedemos ninguneados porque nos hace falta algo fundamental: el cliente.
    Por ello, creo en la necesidad de la venta. Pero no en la venta con el término "vencer", sino en la venta que recoge el término "convencer" (puede que esto vaya más en línea con el contenido de tu post). Mi identidad es buena, pero requiero de mis impulsos para hacerla llegar. Y una vez llegado, dado que hay cincuenta -cincuenta mil- identidades similares a la mía, no puedo abandonar a mi producto para que hable por sí solo: los demás hablan alto, y hasta gritan... y yo también he de hacerme oír. Puede que no quiera ponerme al mismo nivel que ellos, pero si no hago algo, no se me escuchará.
    Todo es cuestión del equilibrio entre necesidad y aspiraciones.
    Saludos, Virginia.

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  2. ¡¡¡Verónica!!!
    Caray, lo siento. He escrito mal tu nombre al final... No es evocación, porque no conozco a nadie que se llame así. Es puro despiste. Perdóname, Verónica.
    Saludos.

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  3. Germán, mi identidad la tengo clara, no te preocupes por lo del nombre...jajajajjajaj...Es broma, es por seguir con el tema de la identidad sea corporativa o no.

    Gracias por seguir visitándome y expresándote!!

    ;))

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