Todo es mucho más sencillo

Quizá debería decir... nosotr@s podemos hacer que todo sea más sencillo.

Volver al día a día después del verano no suele ser tarea fácil ni siquiera para mí que "hago lo que amo" y que además necesito de una rutina para poder "crear". No es que mi vida varíe mucho cuando estoy de "vacaciones" respecto a la que tengo cuando estoy "trabajando" pero en alguna medida mi cuerpo sí funciona de otra manera y cuando digo "cuerpo" también digo "mente".

Estamos en Septiembre y todos los mecanismos del "sistema" se ponen en marcha para recordarte que este mes "puedes hacerlo todo". Nosotr@s como hemos descansado o como poco nos hemos parado, nos hemos dado cuenta de que sí, de que "nos faltan cosas por hacer" y entonces es cuando con Septiembre llega la ansiedad disfrazada de alegría por empezar algo nuevo. Ahora sí, a hacer todas las cosas que queríamos y que con el día a día se nos olvidaron.

Septiembre, el mes de los propósitos o eso se escribe por todas partes. Pues bien, a mi me gustaría decir una cosita, si se me permite. ¿No sería mejor llevar siempre la vida que queremos llevar y no esperar a estas alturas del año? ¿No suele ocurrir que cuando con más fuerza empezamos en esta época es cuando antes de Noviembre ya estamos superad@s por toda esa maraña de propósitos que generalmente están sin cumplir?

Todo es mucho más sencillo que no simple, claro está.  Tomemos la vida como viene. Poco a poco. 

Quizá con tan solo preguntarnos eso de...¿por qué quiero hacer esto? ¿me divierte? ¿aporta valor? nos estemos ayudando a centrarnos en lo esencial. En lo que de verdad "queremos". 

No sé, igual es pedir demasiado. Igual no es tan sencillo. Igual lo que queremos realmente es "complicarnos" porque nos da miedo hacer lo que "queremos".

La vida comienza y se acaba cada día. No hace falta hacer cortes cronológicos. El tiempo es contínuo.